Y sí, comenzó la tan mentada
COFOL 2 y el resultado para
La Mera Humildá F.C. no fué nada alentador. El némesis de turno:
Los Pumas del Casanare quienes se vistieron de "negro puma" contrastaron, y acabaron con el clásico humilde blanco que identifica a los estudiosos de la fé del guerrero.
Con apenas un jugador de cambio, La Mera inició el encuentro esperanzada en la táctica establecida y en la disposición de sus jugadores para dejar vísceras, corazón y sangre (preferiblemente rival) en la cancha. Apenas pasados pocos minutos de iniciado el encuentro, el combinado humilde sufrió un golpe moral debastador al recibir un tanto de media-larga distancia chutado por algún prejuvenil del equipo contrario con culpa exclusiva de Jonathan, el humilde golero. Una jugada terriblemente penosa tuvo lugar lindando la mitad del primer tiempo: El
capitán del equipo (quién dicho sea de paso, tuvo una de sus peores faenas como jugador visible de la humildad) cometió una mano de proporciones orbitales, de magnitudes épicas, una pena nunca antes vista por un equipo en pleno, toda una ofenza para el significado del triángulo curvado en
el sacro escudo humilde. Los felinos venidos a más cobraron pena máxima desperdiciada por
POLicarpo, capitán del septeto pirañezco de alta alcurnia.
De ahí en adelante fué evidente la falta de dominio de campo la blanca escuadra, el asfalto micrero difiere en gran medida de la grama sobre la que corrían los humildes, lo que dificultaba el trabajo del equipo; esto sumado al hecho de que el balón (que parecía inflado con helio) no se dejó seducir por el
jogo-bonito de nuestros jugadores y resultó brincando todo el partido sin que ningún humilde lo pudiera poner en firme tierra de forma decente resultó en la hecatombe para el equipo.
Fué claro para todos que nuestros rivales dominaban a la perfección (o al menos mucho mejor que los defensores de las lanzas cruzadas) el campo, entendible desde todo punto de vista teniendo en cuenta que como sub-13 que son, entrenan a diario en el recreo de la escuela mientras comen maizitos y descrestan jovencitas con sus peinados a lo Ashton Kutcher.
El primer tiempo concluyó con un marcador de 3 - 0 en contra, primero y tercer gol con seria responsabilidad del guardameta, quién no salía del asombro al ver sus habilidades diezmadas de forma tan evidente. El segundo gol fué una maniobra individual de
changis, jugador bien parado y hábil técnicamente pero que bajo niveles normales de acondicionamiento humile hubiera podido ser neutralizado.
Aún sin rendirse, pero con más pasión que técnica La Mera salió a encarar el segundo tiempo, con la esperanza de remontar el marcador adverso. Muy a humilde pesar, el segundo tiempo inició como el primero: Un disparo de cancha a cancha pasó raudo ante los ojos de la blanca escuadra y se incrustó en el arco propio para derrumbar por segunda vez la moral del equipo. El cambio obligado no se hizo esperar: Jonathan salió del partido, Sebastián pasó a ocupar su lugar bajo los tres palos y
Krizord entró al campo para unirse a la defensa y tratar de estabilizarla junto a Julián (seriamente liciado durante todo el partido).
Con un 4 - 0 en contra los humildes se vieron mejor parados en el campo y mucho más concentrados en el objetivo (si, claramente tarde). El partido transcurrió con algunos momentos en que se calentaron los ánimos y por la mente de muchos (humildes y felinos) cruzó la idea de repartir bota como era debido. Los casanareños franquearon la defensa humilde en dos ocasiones más mientras que los blancos anotaron en iguales oportunidades,
Marioelflaco se levantó de entre los defensas para bañar al arquero y concebir así una bonita primera anotación para el equipo, minutos después el
capitán Drayru logró capitalizar un balón dividido que yacía en el área contraria para conseguir el segundo gol.
6 - 2 abajo. Los humildes cayeron esta vez. El futuro es incierto, el trabajo es necesario, la victoria es precisa.
La Mera Humildá debe trabajar más su dominio del entorno y del balón si quiere levantar cabeza en el torneo y honrar así a sus hinchas y jugadores por igual, como lo estipula el
juramento que tan solemnemente recitaron los jugadores al hacerce acreedores al honor de
humildes.
Recuerden, esto no es
sólo fútbol, es la guerra que materializa el honor de los guerreros. La guerra aún no está perdida. Las armas están dispuestas, los humildes se reagrupan y enfilan baterías contra el
nuevo rival de turno.
Estén alerta. Noches.